sábado, 18 de junio de 2011

VIOLENCIA POLICIAL: París, 30 de Mayo

Concentración frente al consulado francés de Gijón, en solidaridad con el violento desalojo de los acampados en la plaza de La Bastilla en París. Foto: Xurde Margaride
En Gijón el 30 de mayo, tuvo lugar una concentración frente al consulado francés para mostrar la indignación y rechazo por el desalojo violento ocurrido el día anterior en la plaza de la Bastille de Paris. Según estimaciones, a la concentración asistieron unas 500 personas.

El día anterior, las fuerzas del orden francesas , o en este caso del desorden, irrumpieron violentamente en la plaza de la Bastille para desalojar de allí, al millar de ciudadanos que días antes habían comenzado a reunirse en solidaridad con el movimiento de los indignados surgido el 15 M en España y que a posteriori, adoptaron como suyas las reivindicaciones surgidas en la llamada #spanish revolution.

El presidente Sarkozy, que se caracteriza sobre todo por su predilección musculada, en cuanto a imponer el orden publico - basta recordar su etapa como ministro del interior francés y la manera poco diplomática, un tanto burda, de manejar las revueltas de las banlieues (suburbios) parisinas ocurridas en en julio del 2005- incidió una vez más en el error de mandar a los gendarmes de la sección móvil, con órden de despejar el escenario.

Mientras el millar de congregados era rodeado por un cordón policial, la gente coreaba eslóganes tales como: “Paris despierta” “Paris es SOL”... intercalados con discursos que proclamaban que la lucha del movimiento ciudadano en España partía de los mismos problemas que acuciaban al ciudadano francés: en la plaza se podían ver las mismas banderolas que en la mayoría de las plazas españolas: ¡DEMOCRACIA REAL YA, RÉELLE DÉMOCRATIE MAINTENANT! ¡SPANISH REVOLUTION: PEOPLE OF EUROPE, RISE UP! Cuando, sin mediar provocación alguna, intervinieron los gendarmes procediendo a desalojar La Bastille de manera violenta y usando gases lacrimógenos.
Foto: Xurde Margaride

Triste hecho a sumar a la historia de la plaza de la Bastilla, elegida para la instalación de la primera acampada de los Indignados franceses, que es símbolo de libertad e insurrección, y debe su nombre a la fortaleza allí erigida y destruida durante la revolución francesa de 1758 y que fué usada por la monarquía absolutista de Louis XVI para reprimir la disidencia del pueblo parisino. Represión contra la que hoy, siguen luchando.
Zeki


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