domingo, 6 de noviembre de 2011

Los acuerdos de la Cumbre de la UE ¿solución o defunción?

Hay que impedir que los poderes financieros mediante el BCE, Comisión Europea y FMI impongan sus políticas y roben todos los activos de los países periféricos europeos.
El referéndum griego sobre la rebaja de la deuda y los ajustes asociados, es una falsa demostración democrática que, en realidad, sólo sirve para justificar la aplicación de políticas neoliberales. ¿Acaso puede un ciudadano heleno negarse a la “rebaja” del 50% de su deuda soberana?

En la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebrada en Bruselas entre los días 26 y 27 de Octubre de 2.011, se estudió la problemática financiera planteada en la eurozona, así como el problema de la deuda soberana griega. Los acuerdos, frutos de pactos no manifestados explícitamente, han sido consensuados por todos los presentes, extremo este que ha destacado la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. Para el todavía presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, era necesario “implementar todas la medidas adoptadas y de la forma más rápida y efectiva”, pues, en su opinión, lo más importante ahora es ofrecer confianza. Y, para el Jefe del ejecutivo comunitario, Durao Barroso: Europa necesitaba dar una respuesta integral a la crisis de la deuda soberana y creo que ahora tenemos una herramienta sólida para conseguirlo”
Los acuerdos podemos resumirlos en este conjunto de medidas:
  1. Supervisar de forma permanente a Grecia a cambio de un rescate de 100.000 millones de euros.
  2. Se acuerda acudir a una quita de deuda griega que asciende al 50% de la misma.
  3. Se fuerza a la banca a recapitalizarse subiendo sus niveles de capital del 5% al 9%. Lo que en principio exige un capital en torno a 106.000 millones de euros.
  4. Se ha decidido también ampliar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera hasta 1 billón de euros (1.000.000.000.000 de euros). Este aumento pretende en primer lugar, avalar las emisiones de bonos soberanos de aquellos países que tienen dificultades para acceder a los mercados. En segundo lugar, pretende este Fondo recapitalizar la banca, en caso de que la inversión privada no aporte la financiación necesaria. Y, en tercer lugar, se pretende con el Fondo el poder intervenir en los mercados secundarios para estabilizar las primas de riesgo de los países cuya deuda esté sometida a ataques especulativos.
Ni siquiera después de las medidas aprobadas se le puede conceder a los próceres europeos el beneficio de la duda. Insistimos en las tesis que hemos venido manteniendo de manera reiterada en todos y cada uno de los artículos que venimos publicando, los Gobiernos europeos están de manera inequívoca al servicio de los poderes financieros. Veamos el por qué:
1. LA REBAJA DEL 50% DE LA DEUDA GRIEGA

La quita del 50% de la deuda griega, sólo la podríamos calificar de broma, por razones diversas:
  • Los bonos griegos en los mercados secundarios están entre un 65 y un 80% rebajados. Es decir, con esta medida a los bancos tenedores de deuda griega se les va a “regalar” entre un 15 y un 30% del valor nominal de los bonos que ya tenían perdido en los mercados.
  • Los Jefes de Estado mienten, cuál bellacos, cuando afirman que han impuesto un sacrificio a los bancos. Los bancos tenedores de deuda griega han experimentado en estos primeros días un importante subida en Bolsa.
  • Digan lo que digan Merkozy, la operación en curso está liderada por los acreedores y las soluciones que se han aprobado son las que ellos han impuesto.
  • En realidad, la historia de la quita consiste en un intercambio de bonos tóxicos por otros avalados. Esto es una versión a la europea del Plan Brady(1) que tuvo efectos nefastos para los países en desarrollo.

En definitiva, este plan perjudicará a Grecia porque la reducción de la deuda es insuficiente. Según los cálculos más optimistas Grecia necesitaría entre 220.000 y 450.000 millones de euros, desde estas páginas auguramos que a mediados del año que viene volverá a plantearse que la economía griega necesita de nuevos fondos y todo ello, sin posibilidad de nuevas medidas de ajuste. Estas políticas debilitarán aún más si cabe la depauperada economía griega, dado que la convierte en un protectorado sin autonomía alguna y sin la de posibilidad de resarcirse de la deuda odiosa.

El 31 de Octubre, el Jefe del Gobierno griego Papandreu, informa de que estas medidas las deberá aprobar Grecia en referéndum con una pregunta que será de este tenor: “¿Quiere Vd. que le rebajen su deuda en un 50%?”. ¿Quién no quiere que le perdonen la mitad de su deuda?. Evidentemente nadie del Gobierno le explicará al pueblo griego la trampa que hay detrás de la pregunta: sometimiento de por vida a los dictados de los mercados financieros, pérdida del estado del bienestar y entrega de los activos públicos a la iniciativa privada.

La convocatoria del referéndum es una victoria del movimiento de resistencia en Grecia. No tiene ningún mérito Papandreu en la convocatoria del plebiscito. No olvidemos el papel que ha desempeñado en todo el proceso de la crisis griega. Amenaza con el referéndum porque no puede gobernar frente al rechazo activo de la mayoría de la población griega. Y lo ha convocado para ganarlo. Con ello no está desafiando a la UE, es un desafío al movimiento de los indignados helenos que desde hace más de dos años está luchando con gran determinación. Si ganara el sí, Papandreu se encontraría con las manos libres para hacer tragar a su pueblo “carros y carretas”. Esta es la razón por la que ya han empezado a circular amenazas de todo tipo: golpe de estado, no es posible subsistir sin la UE, etc. En este sentido, ya se le ha embargado a Grecia (2-11-2011) los famosos 8.000 millones de euros que prioritariamente iba a recibir para pagar pensiones y sueldos públicos.

Y una reflexión más, ¡aviso a navegantes!, el resto de países con problemas con la deuda soberana (Portugal, Irlanda, España, Italia) ¡que se vayan aplicando las recetas porque cuando los mercados huelen sangre no cesan en sus ataques!(2) y más aún cuando “adivinan” por las señales que les envía la Comisión Europea que no se permitirán quiebras incontroladas y que toda quiebra será supervisada por el BCE.

El problema es que la convocatoria del referéndum ha trastocado todos los planes de los bancos: ante la posible negativa del pueblo griego, los inversores salen huyendo y dejan la deuda soberana de los países a “los pies de los caballos” y, por lo mismo, a los bancos.
2. EL VERDADERO OBJETIVO DE LA CUMBRE: ¡SALVEMOS A LOS BANCOS!

La Autoridad Bancaria Europea calcula que para la recapitalización que se pretende serán necesarios 106.000 millones de euros (¿será casualidad esta cifra?)(3). Una cantidad difícilmente alcanzable dada la situación de los mercados y la pérdida de confianza que los bancos inspiran por la falta de transparencia en sus balances (incluso después de los test de estrés, la banca Dexia que los había pasado con nota, ha tenido que ser nacionalizada).

¿Qué se pretende con el Fondo Europeo de Estabilidad?. En realidad lo que los bancos necesitan:
  • que las emisiones de bonos soberanos de los diferentes países estén avaladas por este Fondo, lo que evidentemente minimiza los riesgos del inversor.
  • el propio Fondo pretende recapitalizar la banca. En caso de que los inversores privados no lo hagan (que no lo harán) y los gobiernos no puedan asumir esta recapitalización, se llevará a cabo con cargo a estos fondos.
  • se pretende con el Fondo intervenir en los mercados secundarios para frenar la especulación y que las entidades que adquieran deuda soberana no corran riesgos subyacentes provocados por la especulación “pura y dura”.
El tratamiento que se le está dando a las dificultades de recapitalización de los bancos, es como si él mismo fuera un problema coyuntural producto de la crisis de la deuda soberana. En todo caso, el diagnóstico que se ha hecho de la situación que: “la banca ha asumido excesivos riesgos y que se ha evitado el que los bancos quiebren con las aportaciones de dinero público” es un análisis parcial e interesado y al que habría que cuestionar y preguntarnos entre otras cuestiones: ¿por qué las aportaciones de dinero público no se han traducido en nacionalizaciones de los bancos?
3. ¿EUROPA ESTÁ VERDADERAMENTE A SALVO DE LA CRISIS?
El problema del dictamen de los analistas de la UE, BCE y FMI limita de manera errónea la verdadera complicación existente en la eurozona al centrarla exclusivamente en el sistema bancario arrinconando los auténticos problemas de la crisis y, por tanto, impidiendo encontrar soluciones válidas a la misma.
Las verdaderas causas de la crisis habrá que buscarlas en el propio diseño de la zona euro. Errores que, por cierto, fueron puestos de manifiesto por el Informe Emerson(4), por diferentes economistas de opciones políticas dispares así como por diversas instituciones académicas. Todas las partes coinciden en algo fundamental: el área euro que se creaba no era una zona monetaria óptima(5) y, otros además consideraban que había una falta de mecanismos de integración económica real y de cohesión social del proyecto. Diferencias en políticas fiscales, disparidades en potencial económico de cada país de la eurozona, etc., producen asimetrías y disfunciones difícilmente salvables. Esto significa que sigue faltando una política económica común o similar en todos los países que, a fin de cuentas, es la mejor garantía de que no habrá desequilibrios fiscales regionales y que el crecimiento se repartirá de forma más equitativa porque lo harán los flujos de capitales y de personas.
Los gobiernos de la UE no tuvieron en cuenta las diferencias que separaban a los diferentes países y, por encima de las realidades económicas que determinaban los mercados, optaron por la dimensión política de la unión. Y en ese contexto creado, a pesar de las advertencias que se hicieron, se produjo una  transferencia de renta y riqueza a favor de los países mas desarrollados con lo que las diferencias iniciales aún se fueron agrandando.
Lo que se pretendió desde el principio era la construcción de un área para rentabilizar los capitales europeos que, sin embargo, carecía de los requisitos básicos para poder llevarse a cabo. Al ceder los Estados la política monetaria la propia unión carecía de los mecanismos de intervención supracomunitarios que permitieran corregir las disfunciones que fueran apareciendo
Al ponerse en marcha la unión y empezar a “trabajar” los diferenciales de productividad y las diferencias salariales lo que sucedió es que las economías más desarrolladas generaron superávits comerciales mientras que las menos desarrolladas entraron en profundos déficits de sus balanzas de pagos. Estos déficits eran financiados con los correspondientes superávits de los poderosos lo que permitía mantener la apariencia de que el tinglado era sostenible.
Pero, aparece la crisis en 2008 y la liquidez que fluía con regularidad se frena y es entonces cuando aparece una general desconfianza hacia los receptores de fondos. Es decir, se rompe el mecanismo de ficción que se había creado en la UE y que había generado en su período de existencia aún mayores desequilibrios económicos que los existentes previamente. Esta es la diagnosis y, sólo si los gobernantes europeos enfocan el problema con esta visión, deberían responder a la crisis con medidas políticas que son las únicas capaces de resolverlo.

Lorenzo Rivilla

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